La Reina

La monarquía puede ser una opción caduca para usted, querido lector, pero tiene que reconocer que los ingleses nos han dejado a todos apabullados con su perfección protocolaria en el funeral de su reina.

Camila y Carlos

Le llamaban el príncipe de las tinieblas porque, como Drácula, salía de noche para reunirse con su amante. Eran dos infieles enamorados que, ya casados, entraban asustados, esta semana, en su nueva casa.

Gorriones

Un mago que toque una flauta y se los lleve detrás, pero ¿a dónde los conduce? A la playa no, imposible tomar el sol, al monte tampoco ¿por dónde vamos a caminar? ¿Al mar? Una insensatez, se comerían los peces.

Adiós, Caperucita

Encontré a Caperucita después de muchos, muchas años. Parecía igual, con su flequillo rubio, los ojos grandes y ese ligero parecido a mí que siempre -sin darme cuenta- tenían mis dibujos.

Mis zapatos rojos

Después de tres semanas me llegaron unos zapatos, pero no los zapatos que había pedido sino unos espantosos rosas de plástico. No valdrían más de cinco euros. Reclamé y me contestaron. Si quería mis zapatos reales, tenía que volver a pagar un suplemento de setenta euros. Resumiendo, me habían timado.

Por favor, no sea pesado

No sea tan pesado. Todos pasamos malos ratos, pero, si llevamos bombones en los bolsillos, posiblemente regalemos uno a quién nos paró, y empecemos a hablar de actualidad, libros y música.