Por favor, no sea pesado

“Es fundamental escribir sobre cosas que duelen y aíslan para que no nos sintamos solos”. Esta frase de la escritora Maggie O´Farrell, ha conseguido, en un segundo, que no sienta deseos de leer ninguna historia de esta narradora que, aunque tenga fama, su corazón va desacompasado. Estas dos líneas -tan inteligente y que seguro tardó mucho en verbalizarlas- no dejan de ser una solemne inoportunidad. ¿Estoy triste? Pues aguanta y no seas pesado. ¿Se me va a pasar si pego mi tristeza a todo bicho viviente? No. Lo único que conseguiré es embadurnarles más con mis agudos e inteligentes embrollos de cabeza. Cuando era más joven, pensaba que tenía que plasmar mi nostalgia y melancolía en un folio. Una vez escrito, me parecía que había quedado bien, pero no perfecto. Las frases me obsesionaba que estuvieran bien construidas, la puntuación correcta, sin olvidar los acentos. Resumiendo, descubrí que siempre hacía -y hago-literatura. Me fastidia que quien lea un artículo o una novela mía, se quede hecho puré. Necesitamos buenas experiencias para contar, historias tranquilas y cuentos que terminen con perdices. Ya pasó el tiempo de “Los miserables”. Hay que pintar de colores el cielo y la tierra. Elegir un tono bonito para las tormentas -las de verano son preciosas- y mojarse de lluvia por el placer de sentir el agua en la cara. Las penas se pasan, aunque algunas, como chicles, no se quitan fácilmente. Si un chicle se mezcla con otro chicle se hace mayor y es más difícil de quitarlo de encima. No coma chicle, mejor bombones, el chocolate hace feliz. La goma de mascar nos pone...

La urgencia de la actualidad retrasa los originales en los periódicos y en los libros.

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