Otra vez el mediador

El rey de los mediocres puede llegar a ser el dios del universo. Si miramos uno por uno los países que dominan la política, detrás de cada democracia geográfica hay una cara que no dice nada. No es guapo ni feo, triste o alegre, ocurrente o audaz, simplemente, es mediocre. Ponga un mediocre en su vida y llegará lejos. Así hemos conseguido que Europa se tambalee por la falta de cohesión. Al margen de ideologías, íntimas y dignas, creo que la unidad es lo único que nos puede hacer fuertes. La unión hace la fuerza, es un slogan tan antiguo como el hombre y sigue funcionando. Un soldado no gana ninguna batalla solo, por muy digno que sea el objetivo. Tampoco un ejército numeroso sin un buen capitán que dirija a los soldados al combate. Hablo en abstracto, pero cada lector sabrá poner cara a las palabras. Según pasan los años y me veo en el andén del final del trayecto, me doy cuenta de que las personas valientes, inteligentes y únicas, nunca han sido mediocres. Estoy leyendo la vida de Steve Jobs y en cada suceso de sus pocos años hay una idea de superación. Cuando le anunciaron su cáncer y el poco tiempo que le quedaba, Steve se puso a trabajar más fuerte y dedicó a sus colaboradores las palabras más bonitas de su vida, sabiendo que su vida tenía el fin ya escrito. En numerosos artículos y entrevistas de famosos, encontramos esa pregunta de, qué-haría-si-fuera-su-último-día. Las respuestas son tan variopintas como divergentes. Creo que esa cuestión, tan desconcertante y difícil, tendría que hacerse a los políticos...

La cultura es el pilar donde se sustenta la grandeza del hombre.

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