Esos compañeros caprichosos

Seguro que no le entraba en la cabeza –hace años, porque ya es costumbre- que dentro del mismo partido hagan elecciones para elegir a su líder. Se muerden, insultan y despotrican, sin ser conscientes de que esta situación dura unos días, la temporada es muy larga y hay que convivir en armonía hasta las próximas elecciones. Ser como gatos y perros, mordiéndose y arañándose, no es un comportamiento ejemplar, pero hace tiempo que he dejado de pensar en lo que es oportuno o no en esta vida. Cada vez nos acercamos más a la igualdad –no femenina- sino animal. Esta mañana subiendo por las escaleras de la cuesta de las maderas de Portugalete, un señor iba con un perrito caniche que llevaba dos pasadores rojos puestos es sus coletas. El perro se agarraba a la barandilla con sus patitas y todos los que bajaban se quedaban mirando al gracioso animalito que disfrutaba como si fuera en un tiovivo. Detrás del can iba un niño precioso moreno con ojos verdes al que nadie miraba, aunque parecía un angelote bajado del cielo. La atención era para el animalito. Verán, me parece bien y me parece también bien que cada vez se vean más perros acompañando a sus dueños, pero siento que estamos demasiado obsesionados. He estado unos días en Málaga con mi hermana y su familia. Impresionante. Dos perros salchicha y dos gatos de angora eran los dueños de toda la casa. Cualquier sitio donde te sentaras había sido ocupado antes por los dueños del mobiliario. Yo -un poco escrupulosa- pasé verdadera angustia porque ninguna silla, butaca o cojín –ni siquiera...