La eutanasia: promesa cumplida
La eutanasia, y el feminismo -dentro de sus múltiples variaciones- han entrado en campaña. Cada partido dirá “yo más” o “yo menos”, defiendo esos principios fundamentales de la vida y de la muerte. La triste actualidad mediática, ha llenado los informativos de lagrimas, dolor y también, incomprensión, llevando a los primeros puestos de las ofertas -o desofertas- políticas frente a estos dos problemas tan vitales. Ya no importa si en los preámbulos -antes de la actuación de un candidato- el orador presentador confunda el nombre del líder y le llame Pedro o Pablo, cuando al fin su nombre se le ha olvidado por la precipitación; tampoco importa que un candidato ira a Getxo, si está en Guipúzcoa y no en Vizcaya; incluso se pasara por alto que Albert Rivera -con lo que hubiera gustado esta noticia del corazón- no confiese que esta coqueteando con Malú. Los políticos, aunque estén enamorados de las estrellas, no suelen hacen ruedas de prensa sentimentales. Ahora, en campaña, entran nuevos ingredientes, como en otro tiempo el protagonismo se lo llevó el terrorismo. El debate del 2019, es el derecho a la muerte y el trato digno a la mujer, la otra violencia de genero. Mientras se abre la campaña, con muerte digna o derecho a la vida indigno, violencia de genero o feminismo -al fin los términos se confunden en el barullo de las palabras a gritos de los mítines-, la verdad, la cruda verdad de la realidad, sigue defendiendo sus principios como un dragón herido. Urge sacar del código penal la eutanasia. El 84 % de los españoles se declara a favor de...A las cruzadas por la unidad
La manifestación del domingo cambió, a última hora, los slogans contra los catalanes por “Elecciones ya” y “Stop a Sánchez”. Pablo Casado, como un Don Pelayo trasnochado, hablaba a la muchedumbre, con lenguaje heroico: “Hoy empieza la reconquista del corazón que ha dicho basta”. Albert Rivera gritaba que “el tiempo se ha acabado” y Abascal que hay que “echar al okupa Pedro Sánchez de la Moncloa”. Las banderas nacionales desfilaron por Madrid, acompañadas de enseñas de la guardia civil y de los tercios de Flandes. Mientras la delirante marcha pedía la detención de Quin Torra y el adelanto de las elecciones, el presidente del gobierno, a la misma hora, manifestaba en Santander: “El gobierno trabaja para unir a los españoles y no para separarlos”. Creo que estamos al borde de una cruzada. ¿Qué se puede hacer? Si usted puede con Dios hablar… -la canción sigue de música de fondo- pregúntele, de paso por favor, qué haría en este país complicado o tan terriblemente simple. Seguro que le respondería que es la cuestión de siempre: el poder. Nada más que el poder. El Partido Popular quiere el poder y ha decidido que le gusta insultar. Ciudadanos, más sumiso, quiere el poder, Vox quiere el poder sin más zarandajas y ha encontrado la insólita formula de humillar a la mujer. El presidente Pedro Sánchez no quiere, por nada del mundo, bajarse del sillón de mando. Todos gritan a la vez y han decidido que, el problema no es de ellos, ni de su deseo de arrastrarse hasta la Moncloa. No, nada eso, para la derecha el problema son los catalanes. Ellos,...Leer másCon el simple roce de un puñado de deseos vulgares puede romperse la más bella cristalería de deseos heroicos.
Leer másNo hacen falta nombres para ver los rostros.