Los ídolos caídos

Los ídolos caídos

Añoramos los ídolos, ante los que nos pegábamos ante el televisor para oír sus palabras. Eran buenos oradores, un placer escucharlos, al margen de ideologías. Los ídolos actuales son ídolos caídos antes de llegar a la cima Dicen que las mejores cosas de la vida no se planean… suceden. Esta afirmación es cierta a medias, porque en estos días ignoramos qué es lo mejor y quién nos lo va a dar. Cada día pensamos una cosa y sale otra. Me encantan las frases hechas con final redondo: “Si algo puede salir bien, saldrá mejor”. Como fe es creer lo que no vemos, la esperanza de no sé qué nos mantiene en un hilo. Queda solo un día para la investidura. El elegido para sentarse ante el rey en tan delicado momento, cada día que pasa tiene peor cara. Feijóo se deshincha como un globo que ha recibido un pinchazo. La sonrisa –¡qué poco sonríe este hombre!– cada vez le queda más torcida. Los componentes de su partido necesitarían una especie de tiragomas para que permanezca. Las historias con sabor a imposible siguen ocurriendo sin sentido por el país. Algunos pueblos olvidados amanecen con las piedras levantadas de sus plazas. Parece ser que mientras los lugareños duermen, el presidente, Pedro Sánchez, busca votos, como ha dicho, bajo las piedras. Es claro que allí no le esperan sobres con papeletas que puedan mantenerle en la Moncloa. Quizás un áspid, como a Cleopatra, o un vulgar alacrán, lo fulmine con un sencillo picotazo. No deja de ser llamativo el tesón de este señor indestructible. Parece luchar igual que un soldado idealista en...

Euskadi ha roto aguas

Es muy fácil criticar ahora –a toro pasado- a los nacionalismos y concretamente al PNV. Cierto que las críticas de estos días vienen de los perdedores pero la auténtica verdad es que el cambio ha llegado gracias al PNV. Estos días he oído a Xabier Arzalluz, uno de los políticos más brillantes que hemos tenido en esta tierra. Algunas de sus frases merecerían entrar en un diccionario de citas ilustres y leerlas de vez en cuando para pensar. Pues verán, allá por los años 2003 cuando se hablaba, criticaba y murmuraba sobre la postura del PNV respecto a una actuación nacional que salió adelante con el apoyo del partido, el político vasco dijo: “Euskadi ha roto aguas. Está de parto”. Nuevamente se repite este acto tan natural como la vida misma. Durante estos días, previos a la elección de Pedro Sánchez como presidente, el PNV ha estado en silencio, ese silencio que toda mujer antes de dar a luz espera expectante. Yo he tenido 6 hijos y les juro que en cada embarazo tenía más miedo porque sabía el dolor que me esperaba y aunque, como decía alguien, dar a luz es el único dolor de la vida que merece la pena, yo no pensaba esas cosas tan bonitas, sino que me angustiaba. Entonces no había epidurales ni partos sin dolor. Las contracciones y las dilataciones eran tal cual y cuando rompías aguas te entraba un pánico cercano a la muerte. Al menos a mí. Pues verán, el país ha estado sin respiración esperando que el PNV diera su sí para quitar de delante a Mariano Rajoy. La historia...

La porquería se tapa con más porquería y encima se plantan flores.

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Y…¿dónde ponemos a José María Aznar?

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