“La luna de siembra en tu signo coincide con una puerta virtual para que puedas hacer magias. Sería conveniente que te entrenaras uno de estos días en salir al escenario en solitario. Se te está pidiendo un Do de pecho. Si lo haces puede que acabes creando tendencia”.
Es mi horóscopo de la semana. Lo he leído tres veces y hasta lo he recortado para pegarlo en mi agenda, por eso del recuerdo. Quiero decir del recuerdo que envuelve de fascinación mi figura y yo no me he dado cuenta. Me he mirado al espejo y me encuentro igual. No tengo barita mágica, ni una escoba voladora como Harry Potter, pero ya ve, eso de la sugestión, la imaginación y el deseo que ocurra, cambia momentáneamente el espíritu. Y mire que lo necesito. Yo nací el 20 de enero. Siempre estuve feliz, porque esta fecha entraba en el signo de Acuario y ya parecía –es un suponer- que el carnero de Capricornio saltaba a otro signo. Pero no todo son alegrías. Porque en este mismo día 20, el pájaro loco empezó a volar por el mundo barriendo con su tupe todo lo que quedaba de sensato en los alrededores. Donald Trump cambio la vida de millones de habitantes del planeta. Todos los brujos malvados del mundo se pusieron de acuerdo para conseguir con su alquimia maligna emborronar el día. El mismito día de la toma de posesión del Presidente de los Estados Unidos, un 20 de enero, que llevó al poder a un seboso individuo forrado de millones que como todos los días hamburguesas, pizzas y galletas, con litros y litros de Coca Cola, -pero light, no piensen que todo es negativo-.
Pobrecita de mí, me siento una hormiga apaleada ante la coincidencia de fecha -claro que mi onomástica es mucho más importante que lo que ocurra fuera de mi tierra- pero… en fin me quedo con la magia personal que me promete esta semana llena de lunas y estrellas.
Mientras este caballero -se le podrá nombrar así a un ser que ha salido de las cavernas-, no debe de tener espejos en su casa. O son especiales. ¿Se acuerdan de aquellos que había en las barracas y te hacían delgado como una sílfide o gorda como un muñeco de Michelín? Trump ha elegido el que imaginariamente le convierte en un fideo. Se acuerdan del Gordo y el Flaco. Pues Trump, en una transposición misteriosa, se ha convencido que es el actor inglés Stan Lauren, el flaco. Para gordo ya estaba Oliver Hardy.
Es un ser complicado y complejo. La maquinaria de su cabeza no es meticulosa como la de un reloj suizo. Pienso que cuando se levanta por la mañana debe de pensar: “¿Qué avería puedo hacer hoy?” Su portentosa imaginación empieza a trajinar. Hoy me gustaría construir un muro más largo que el de China, también quiero, porque me da la gana, que los mejicanos que nos están matando en las fronteras y nos manda a la escoria de su país, no crucen ese muro. Además, quiero que el muro lo paguen los mejicanos. El pobre John Kerry, el que tiene que dar la cara para mejorar la imagen de Trump, sale presuroso desmintiendo esa exageración.
Trump vuelve a dormir y se despierta, “¿Qué dice este tipo? El muro es el muro. Y sigo pensando que hay que hacerlo y esos pijos mejicanos tienen que pagar el 100% del costo”. John Kelly vuelve a salir al paso cuando llama a nicaragüenses y aledaños gente de países de mierda, agujeros de mierda Shithole” Y así el hombre tiene que asegurar públicamente que no está gordo –aunque pesa 108 kilos- que su inteligencia es magnífica y que sus escarceos amorosos fueron antes de que le nombraran el 45º presidente de los Estados Unidos. Además, y eso es verdad, sus antecesores también los tuvieron. Lo cierto es que las actuaciones del pájaro loco nos hacen creer, a pies juntillas, las afirmaciones que hace el autor de un libro sobre Trump – Fire and Fury– que entre muchas finezas cuenta que el Sr. Presidente, pagó 130.000 dólares a una señorita para que no dijera que había tenido con ella y otras dos dulces damas, un trio sexual mientras su mujer Melania se recuperaba del parto de su hijo. Claro que la política y el sexo no tienen nada que ver.
*La sombra de Estulin
Pero como todo no es del mismo color, ni todos los hombres y mujeres iguales, pues otro escritor, el famoso Daniel Estulin –ex coronel de contrainteligencia rusa y autor del polémico poder en la sombra, El Club Bildderberg – ha publicado un libre, La trastienda de Trump, donde ensalza la audacia del actual Presidente de Estados Unidos. Según Estulin, Trump es la persona que la élite necesitaba, es un hombre de negocios, que sabe llevarlos a gran escala. De hecho, él está dirigiendo el país como un negocio, cosa que no es fácil, y nada de lo que hace es casual. Sólo hay que ver lo que ha hecho con los archivos de JFK, liberar la mayoría: los quiere publicar todos porque quiere desmontar a la CIA, cosa que con Clinton jamás se hubiera planteado.
Estulin asegura que lo que el Presidente quiere es una Europa “débil y desunida” para hacer frente a amenazas como Rusia, “Por eso, aunque públicamente diga que quiere a España unida, en realidad quiere que Cataluña se quede fuera”. Dicen que la diplomacia se hace en la sombra y parece que “este señor quiere balcanizar el mundo, ya que con esa desunión de Europa, seguirá atada a EE.UU ”. Por eso le interesa el Brexit.
La verdad es que este mundo complicado de la política da bastante miedo. Estulin hace años nos habló de un poder en la sombra y ahora nos descubre el Estado profundo: “Una oligarquía global que es la que realmente impone sus normas y dirige el mundo”.
*No pasar el Puente Colgante
En fin, todo muy cuestionable, pero a nuestro lado también vivimos las contradicciones, aquí no nos preguntamos si Trump es un pájaro loco o un hombre inteligente que se hace pasar por pájaro loco. Cuando el Puente Colgante hizo un siglo de vida escribí que el Puente Colgante cambió el paisaje y la gente. Portugalete se convirtió en una villa más señorial y distinguida, y Las Arenas, en una hermana que, de ser extrañamente lejana, se transformaba en hermana de sangre. El puente unió dos pueblos que había separado el destino, una especie de Caín y Abel, donde no se acababa de saber quién era el bueno y quién el malo. Aún hoy, después de tantos años, se ignora. La secreta guerra fratricida sigue más atenuada por el tiempo, quizás porque los hijos de los hijos de los nietos han ido mezclando en noviazgos y bodas, y nadie sabe ya donde empieza Portugalete y termina Las Arenas.
Aquellas palabras que tan ingenuamente decía siguen sobrevolando numerosas casonas y palacetes de la margen derecha. Hay señores y señoras que consideran un honor no haber pasado nunca el Puente Colgante. No han rozado la atmosfera “distinta” de la margen izquierda. Somos como los nicaragüenses de Trump una mierda pinchada en un palo. Tienen que estar lejos para no contaminarse. Le juro que esto es verdad, no es un sueño que he tenido en una pesadilla nocturna. Lo oí la semana pasada. Podría seguir escribiendo muy largo de este tema. “Hay muchos de Neguri –me decía un amigo ayer- que tenían que subir en peregrinación a La Arboleda, para dar gracias por su riqueza”. Pero esa otra historia. La miseria humana nos ensucia a todos con una parte de su porquería y, ya ve, ni somos conscientes.
¡Qué simple soy! Hablando de Acuario, del pasado 20 de enero y la magia. ¿Qué magia, ni que Do de pecho puedo dar? Si ya no creemos ni en la bondad del hombre ¿cómo vamos a aceptar la realidad del sueño de un horóscopo?